Aunque parezca una vuelta del
destino y una situación paradojal mediática, JorgeLanata, uno de los periodistas mas respetados en las tres últimas
décadas en Argentina (podríamos partir desde la
fundación de los diarios Página/12 y
Crítica, pasando por Dia D en la
pantalla de América en épocas menemista y Delarruistas,
y mencionando la publicación de los libros Argentinos I
y II), hoy en día es uno de los voceros del
grupo multimediático Clarín -llevando la agénda
que propone el medio y no la propia- y también es referente y
portavoz de los cacerolazos de éste 2012.
Todo periodista con
su trayectoria y respeto podría ser independiente (de la
política, de los medios, de la pauta publicitaria, de su
propio público), pero en el caso de Lanata esto no ocurre.
Cuando sus laderos en los '80 y '90 eran Martin Montenegro, Reynaldo
Sietecase, Marcelo Zlotowiazda, Ernesto Tenembaum, Horacio Verbitsky, Adolfo Castello -y
la lista podría continuar con nombres importantes- las
investigaciones periodisticas motivaban a los estudiantes de
comunicación y colegas. Se quitaba el velo de la corrupción
argentina y se lo presentaba con lógica y seriedad. Se hablaba
del hambre y de la falta de trabajo en la clase trabajadora, de la
desintegración de la clase media, sobre vaciamiento
institucional e industrial, y se golpeaba a las empresas oligo y
monopólicas de nuestro país con pruebas contundentes.
Después de esos años, y recayendo en nuestra rabiosa
actualidad Kirchnerista, el panorama de sus segmentos, funciones y
programas dentro del Grupo es totalmente otro. Tanto en
Radio Mitre, Canal 13 y en el diario Clarín las
investigaciones siguen apareciendo -a veces interesantes y otras tantas
que sólo buscan el golpe de efecto-, pero sus participaciones
estan llenas de egocentrismo, chiquitaje periodístico,
discurso vacío en lo político, y bastante violencia
simbólica y verbal (solo reparar en la frase “seis, siete,
rocho” sobre el programa de la Televisión Pública, el
“Fuck you” de la apertura de PPT que se repitió con
insistencia en los cacerolazos violentos contra periodistas de este
año, y su ninguneo constante al resto de periodistas de otros
medios -afines o no al kirchnerismo- los muestran de cuerpo entero).
Su labor en el periodismo de hoy es
idéntica a la de cualquier conductor de noticias del mismo
grupo mediático (por ejemplo TN, ocho y media de la mañana
de un domingo): simplemente presentar las 5 o 6 noticias de la agenda
que propone Clarín como corporación. Pero lo que lo
diferencia -y aquí viene lo peor- es que él es el que
pone la cara, su nombre y su trayectoria. Y si a esto se le suma que
es el periodista estrella de ciertos sectores de la sociedad
retrógrados, conservadores y estancos; nos lleva directamente
a una suerte de sinergía que alimenta a los 2 lados.
Periodismo Para Todos trata las noticias semanales que los
fanáticos reclaman y el multimedio propone, y los televidentes
encuentran en Lanata las noticias que esperan y desean escuchar (asi
desfilaron por estos meses de emisión “Los twiteros truchos
K”, la investigación sobre Milagros Sala, “El voto K de
los jovenes de 16 para perpetrarse en el poder”, su viaje a Caracas para cubrir y
demonizar las elecciones de Hugo Chavez, la acusación
sobre Luis D'Elía y muchas más). Investigaciones
vacías, inofensivas, hasta vergonzosas; que sólo buscan
fomentar ésa retroalimentación entre emisores y
receptores anti K, y que necesitan el golpe de efecto, el rating o
que se hable toda la semana en los distintos medios del Grupo; pero
que no cambian los temas de fondo, no proponen ni tampoco abren
realmente los ojos de los televidentes en su conjunto.
Es triste, pero Jorge Lanata perdió
el respeto de muchos de los ciudadanos que lo seguían en los
'80 y '90, pero también perdió el respeto de sus
propios colegas (la pseudo tribuna del “Queremos preguntar” es
una muestra de eso ). Hoy comparte espacio con comunicadores
detestables por su pasado y por su presente, y a su vez se enfrenta y
denosta a muchos que supieron estar a su lado en otras épocas,
pero hoy deciden contar las noticias y opinar desde un lugar
diferente, y no bajo su ala.
Lanata nunca habla de los Medios como
corporaciones o empresas (sólo de ciertos periodistas),
tampoco de los partidos opositores al oficialismo K, y menos del
gobierno porteño Macrista. No se lo escucha opinar sobre la Ley
de Medios ni sobre temas que involucren a empresas privadas. En las décadas
pasadas si lo hacía. Él piensa que nunca cambio, que
las críticas vienen de los otros, que si cambiaron, de los que
hoy estan ciegos. Verdaderamente Lanata dejó de ser una pieza
clave del periodismo argentino, para ser un peón más;
un vocero de otros intereses que salta al vacío sin red, con
las consecuencias que éso depara.
Si les preguntas que pais quieren te contestaran todo lo que vos queres escuchar,son neustad 2.0
ResponderBorrarRicardo con cariño,abrazo