jueves, 15 de diciembre de 2011

El discurso político de las Izquierdas argentinas en la campaña electoral 2011, según los medios

Análisis de la participación de la Izquierda Argentina -en sus diferentes expresiones- en las elecciones 2011, y como se retrató en los portales de los medios informativos La Nación y Perfil. Los spots, las notas informativas / opinión, y los comentarios de los usuarios son el objeto de análisis y la muestra más clara de cómo se plantean las cosas.


Aclaremos el panorama
Es necesario poner las cosas en su lugar antes de comenzar con este análisis. La Izquierda argentina nunca tuvo un lugar preponderante en nuestra sociedad, y mucho menos en los medios de comunicación masiva, que son en una doble función, fiel reflejo de la sociedad que los consume, y a su vez creadores de la “realidad” cotidiana que les marca la agenda a sus ciudadanos. Es más, la Izquierda fue colocada siempre en el lugar del cuco comunista, de la usurpación de propiedades materiales, de reclamos y/o manifestaciones, etc. Todo lo mismo y en una misma bolsa. Sin diferencias. Sin medias tintas. La Izquierda “siniestra” no alude a más explicaciones. Mientras menos se escuchen sus reclamos y menos presencia mediática, mejor. Mucho mejor. Sobre todo para los medios relacionados con la elite económica nacional.
En estas elecciones 2011, en donde se rompieron algunos paradigmas, la Izquierda argentina obtuvo cierta relevancia en los comicios. Y esto se debe en gran parte al contexto Latinoamericano e Internacional tan diferente uno del otro. De unidad y con gobiernos de centro izquierda el primero; y de crisis económica, desempleo, erráticas políticas del FMI y salvataje a entidades financieras, el segundo. Con esta situación planteada, el Frente para la Victoria (FPV) -tras ocho años de continuidad Kirchnerista en el poder (2003-2011, Néstor primero, Cristina después) con su modelo económico/político como caballito de batalla de la izquierda peronista- obtuvo el 54% de los votos y la reelección de Cristina Fernández de Kirchner hasta 2015.
En segundo lugar quedó el socialista Hermes Binner (siendo el candidato presidencial que más creció tras las Primarias). Con base gubernamental en la provincia de Santa Fe, y con loables propuestas -más que reclamos vacuos e infundados-, el Frente Amplio Progresista (FAP), pudo armar una oposición creíble, a la que no le hizo falta depender del Radicalismo, ni hacer alianzas con Pino Solanas. El 17% en el escrutinio final, lo dejaron muy lejos del Kirchnerismo (casi un 40% de diferencia); pero le posibilitarán ser la primera oposición, sin por eso tener que ser cabeza del monstruo opositor.
Por su parte, Jorge Altamira del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FI), usufructuó de manera considerable y acertada el poco espacio mediático ofrecido por los canales de noticias a la izquierda tradicional. Antes de las elecciones Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO), capitalizó sus 15 minutos de fama, cuando al terminar una entrevista radial, el periodista/chimentero Jorge Rial (uno de los mediáticos con más seguidores en Twitter), fomentó la votación de Altamira para que el FI pudiera entrar a las elecciones de octubre 2011. El hashtag #unmilagroparaaltamira sumó adeptos rápidamente, y el FI pasó las primarias para competir en las definitivas. Y esto no quedó ahí. El 23 de octubre ocupó el sexto lugar, detrás de Ricardo Alfonsín, Alberto Rodríguez Saá y Eduardo Duhalde; pero dejando en último lugar a Elisa Carrió, quién paradójicamente en las elecciones presidenciales de 2007 había sido primera oposición.
El bipartidismo clásico argentino (Radicales y Peronistas), fomentado desde siempre por los medios argentinos, en éstas elecciones reflejó el proceso en decadencia de los partidos tradicionales en las últimas dos décadas.  La figura poco carismática de Ricardo Alfonsín por la UCR (con alianzas vacías junto a Francisco De Narváez) o el intento de resucitación fallido del, ahora opositor, Eduardo Duhalde (con las inconclusas primarias partidarias del PJ disidente con Alberto Rodríguez Saa –de las cuales se bajó por estar perdiendo en su propio distrito: el Gran Buenos Aires-); no fueron fundamento ni base para una real oposición eficiente. Ni hablar de Elisa Carrió, que para las elecciones de octubre decidió ocultarse de la publicidad mediática, mientras el mensaje de la Coalición Cívica –su partido- proponía el corte de boleta para poder colocar un diputado. Desde los mismos medios opositores al gobierno actual se criticó la participación de radicales y peronistas antikirchneristas –con sus respectivas ramificaciones y transformaciones partidarias- tras las PASO, dejando un hueco vacío de representatividad y legitimidad que el propio socialismo logró llenar por mérito propio, pero también como una “nueva y única oposición” real y confiable.
Entonces los tres partidos mencionados con sus respectivos candidatos, ligados en cierto punto con el pensamiento de izquierda en Argentina, tuvieron en esta campaña electoral una relevancia inusitada, y ocuparon un lugar preponderante e inesperado en nuestra joven democracia. Los medios de comunicación masiva le prestaron una extraña atención, ya sea para la candidata kirchnerista-peronista a la reelección (FPV); como a la oposición socialista con posibilidades de ocupar el segundo lugar (FAP); y también al  nuevo espacio ocupado por la izquierda tradicional argentina(FI), que más allá de los reclamos eternos por los derechos de los trabajadores y las políticas anticapitalistas, esta vez tuvieron una gran relevancia en las redes sociales.
Tanto la Ley de Partidos, como así también la Ley de Medios, fueron movilizantes en lo referido al discurso político, informativo y al de los usuarios de los medios en general. Más allá de la puesta en funcionamiento y la desconfianza que haya generado en éste arranque; el alcance político y publicitario -junto a la masificación de los spots de campaña- sobre la gran mayoría de los hogares, nos ilumina aunque sea el fondo del camino a recorrer en la joven democracia argentina. Y la Izquierda Argentina, expresada en los 3 candidatos mencionados –y con una medida distinta en cada caso – encontró en la propaganda política, una nueva, eficaz y eficiente manera de mostrarse y hacer conocer sus ideas.

Al hablar de diferentes medidas ideológicas de Izquierda en cada candidato, también lo podemos relacionar con su posicionamiento y sus resultados en las elecciones. Unos, la centro Izquierda del FPV, con el convencimiento del primer lugar casi asegurado y los logros de 2 mandatos de gestión para mostrar. Otros,  el socialismo santafesino del FAP, con una escalada de intención de voto y el posicionamiento en el segundo lugar en las generales (que lo dejan como primera oposición a nivel nacional). Y por último, la Izquierda tradicional del FI, con un discurso claro y sin grises, con la intención de lograr una banca en diputados. Las posibilidades esta vez fueron mucho más igualitarias que antaño en lo que refiere a la publicidad del discurso político mediante spots.

Por otro lado, las diferencias en apariciones en los medios gráficos, ya sea en editoriales o notas periodísticas, es notoriamente desigual. Y la pregunta subyacente del porqué de tal actitud por parte de los Medios, más que brindar respuestas abre a otros interrogantes; y se relaciona directamente con la intención del voto, con los intereses corporativos, y profundamente con el tipo de ideología del partido o del candidato. La coyuntura y el contexto político hacen que cada nota de opinión aparecida en ambos portales, sea contraria a los intereses oficialistas. ¿Esto es casualidad? No, seguramente que no es así. Y no esta mal que cualquier periodista pueda opinar y tener una mirada crítica al respecto de la situación del país. Pero es absolutamente raro y sospechoso que las editoriales de los días previos al cierre de campaña sean netamente anti oficialistas, y no hagan lo mismo con ciertos candidatos opositores.


Por último, un claro signo de los tiempos actuales, es la participación –vía Internet- de los ciudadanos mediante su opinión en esta gran “bolsa de comentarios” en que se han convertido los Medios (en su costado virtual). Con la televisión como uno de los eslabones previos a Internet, podríamos definir esta participación de los sujetos externos a los medios, como “representantes del ahí afuera[1]; y a la situación dada, como similar a la Post-Neo TV, en donde la crisis de credibilidad de los medios informativos por un lado, y el auge de las redes sociales por el otro, reconfiguró -a la fuerza, de un solo golpe y sin medias tintas- la naturaleza toda de los medios masivos. 


[1] VERÓN, E. Televisión y política: historia de la televisión y campañas presidenciales, en Antonio Neto y Eliseo Verón (comps.)