miércoles, 5 de diciembre de 2012

Cacerolas, piquetes y medios: Versión 3.0

El porqué del reclamo

Vemos hace un tiempo ya, como el reclamo social se ha ampliado a sectores que pocas veces habían levantado la voz para manifestarse en las calles. Y no son los sectores que estan en peores condiciones económicas ni marginados de la socidad, sino que los que reclaman son los sectores medios y medios altos. Obviamente se sabe que cualquier habitante de nuestro territorio argentino tiene dercho a expresarse y movilizarse para defender sus derechos, como lo indica la Constitución Argentina (artículo 14 bis), pero vemos como el eje de la protesta se va corriendo hacia lugares epidérmicos y vacíos de contenido (compra y venta de dólares, dictadura K, planes sociales para mantener “vagos”, etc.), o profundos y reales, pero de compleja resolución en la práctica (Inseguridad, Corrupción, Inflación, etc.).
A su vez con estos reclamos (de los que profundizaremos más adelante) se va bastardeando la problemática real de todo proceso histórico no sólo por su vacuidad en la protesta, sino por una suerte de reclamo vectorial que se lanza pero sin propuestas, sin intenciones de cambio o solución, sin la búsqueda de voceros o líderes; sino con enojo, bronca y ferocidad. Con protestas en formato de cacerolazos multitudinarios -en todas las ciudades del país-, que aparecen y se desvanecen según la intención y la cantidad de tiempo que los medios dominantes hagan permanecerlos en el aire, y reproduciendo -manifestantes y comunicadores a la par- undiscurso directamente ligado a los voceros y dueños de losgrupos mediáticos; el piquete y el cacerolazo estan más ligados a la lucha entre el Oficialismo y algunos conglomerados económicos que perdieron poder, que entre los ciudadanos y éste gobierno. Sino preguntensé porqué no se corta una calle o se sale a cacerolear por otras causas mucho más profundas: los niños que mueren en nuestro país por causas totalmente evitables, o que el 25% de los habitantes de éste suelo esten por debajo de la línea de la pobreza, o por la falta de empleo en blanco y el gran número de empleo en negro, o por los aumentos reiterados en los productos de primera necesidad que las empresas proveedoras y los supermercados no dejan de remarcar generando una inflación que crece desmesuradamente. ¿Porqué? ¿Cuál es el rol de los ciudadanos, de los sindicatos, de las empresas, de los medios de comunicación, de las fuerzas de seguridad, de los partidos políticos y del Estado?

Orígenes del piquete y el cacerolazo

Toda manifestación pública y potente de la sociedad, cuando ocurre por primera vez, marca precedentes y deja cicatrices que tardan en cerrar. Pero también rompe paradigmas, mueve la estantería de ciertos sectores y molesta a otros tantos. Asi ocurrió con los primeros cortes de ruta o “piquetes” en el interior de nuestra Argentina, cuando promediaba la decada menemista de los noventa. Hubo represión, pero también existieron críticas de muchos sectores ( mediaticos, de poder financiero, político y de opinión pública).
El “Perro” Santillán era uno de los voceros y lideres de aquella manifestación última, de gente que realmente no tenía con qué alimentar y sustentar a su familia, en medio de un vaciamiento de las empresas de servicio nacionales y el cierre masivo de fábricas e industrias, a raíz de políticas de convertibilidad propuestas por Domingo Cavallo, ministro de economía de Carlos Menem entre 1991 y 1996. El piquete era la desesperación encarnada en esas personas que salían a cortar una ruta, para que alguien repare en ellos y en su reclamo. No estaban organizados en sindicatos, no eran cortes de ruta programados con un fin político, y tampoco existian las redes sociales como hoy las conocemos. Eran desocupados que ya no sabían que hacer, pero no querían ver morir a sus hijos de hambre en sus brazos.
A principios de la décadasiguiente, nuevamente impulsado por Cavallo, pero en épocas de la Alianza de Fernando De la Rua -y para salvaguardar a la banca privada-, el corralito financiero hizo que, mediante el "cacerolazo", la clase media se plegara a las manifestaciones y reclamos por trabajo – y por hambre también- de las clases populares y sindicales. “Piquete y Cacerola, la lucha es una sola” era el caballito de batalla de aquel diciembre del 2001, en medio de la crisis política, financiera y social que dejó como saldo: 39 muertos en manos de fuerzas policiales y de seguridad (entre ellos 9 menores), y a muchos ciudadanos sin sus ahorros.
Antes y despues de ése quiebre histórico en pleno cambio de milenio, a la opiniónpública (con los medios comunicacionales como motor constante) le molestaba el reclamo y el corte de calle. El anuncio del estado de sitio propuesto por el expresidente Fernando De la Rua, mas la confiscación de depósitos y ahorros por parte de Domingo Cavallo, generaron la chispa que detonó la salida de la gente a las calles. Este derrumbe se sumaba a un país destruído industrial y laboralmente por políticas económicas neoliberales, y por supuesto transmitido en cadena nacional por los medios masivos de comunicación. El Riesgo País parecía ser el termómetro imprescindible y fundamental de la situación de nuestro país para el resto del mundo financiero y tambien para los grupos multimediáticos/periodísticos de Argentina. Los periodistas hablaban todo el día y todos los días de esa medición (importante tal vez para el FMI, pero no para un desocupado o un trabajador argentino sumido en ése contexto histórico).

La vuelta del peronismo al poder

Luego del paso de 5 presidentes en una semana,la estabilidad pareció volver en 2002, con Duhalde como presidente provisiorio, hasta la muerte de Kosteki y Santillán (otra manifestación popular que fue reprimida y dejo otros 2 muertos). Esto llevó a nuevas elecciones de 2003, en las cuales el expresidente Menem volvió a triunfar con poco mas del 20%. Unos días después se bajo de la segunda vuelta, dejando como próximo presidente al segundo de los comisios: el desconicido Néstor Kirchner. En esto casi 10 años de gobierno Kirchnerista (2003-2007 Néstor, 2007-2001 Cristina primer mandato, y surcando desde 2011 hasta 2015 la reelección) muchas fueron las palabras que comenzaron a escucharse: el Modelo, La Corpo, el Relato, etc.; pero el cambio de paradigma en ciertos aspectos hizo que la sociedad toda se movilice políticamente. Derechos humanos en primera plana, logros en igualdad social con la Asignación Universal por Hijo e inclusión con Leyes de Matrimonio Igualitario, modificación en torno a las comunicaciones con la Ley de Medios, recuperación de fondos de las AFJP, control sobre evasión impositiva a gran escala, y muchas otras más que demuestran un cambio concreto tanto político, económico y social.
El año 2008 trajo los primeros reclamos contra el Kirchnerimo, a meses de haber asumido Cristina Fernández. El sector del Campo se manifestaba en las rutas y en las ciudades en contra de las retenciones impulsadas en la Resolución 125 por el Estado Nacional. Finalmente el voto “No Positivo” de Cobos en el Senado le dobló el brazo al oficialismo Kirchnerista, y también allanó el camino para que en las elecciones de 2009, el propio Nestor Kirchner pierda en la provincia de Buenos Aires frente a un fantasmal y vacío Francisco De Narvaez. Los años que siguieron, con bonanza económica y social, esfumaron las disidencias férreas de una parte de la sociedad contra el oficialismo, y eso hizo que Cristina Fernández de Kirchner lograra la reelección en 2011 con un 54% de los votos. Apenas un año antes (en octubre de 2010, el día del Censo Nacional), fallecía Néstor Kirchner.

Cacerolas 2012

Éste año también sacó a las calles a un sector de la sociedad argentina disconforme con las políticas Kirchneristas y la situación actual de nuestro país. En mayo, junio, julio, septiembre y el último en noviembre (el famoso y motivado 8N) se organizaron desde las redes sociales y distintas agrupaciones y partidos políticos, los cacerolazos que reflejaron un descontento real y fervoroso en ciertos temas de actualidad por parte de la sociedad argentina contra el gobierno oficialista y kirchnerista. Lo interesante es analizar éstas manifestaciones sociales, repasar la queja y ver cómo y qué reclama.
Tanto en Capital Federal, como en las principales ciudades del país, es en donde se escucharon con más fuerza el rechazo a la modificación de la Constitución que permita la re-reelección de Cristina Fernández de Kirchner para el 2015, como así también el reclamo sobre la inseguridad, el llamado cepo al dólar, la corrupción, los datos falsos del Indec, la dictadura K, la cantidad de planes sociales entregados, el aumento del mínimo no imponible y el pago de ganancias por parte de trabajadoers y la falta de libertad de expresión. Pero tampoco faltaron en ninguna de las manifestaciones ciertas pancartas con mensajes extraños y preocupantes, como así tambien hechos de violencia físicos, verbales y simbólicos contras periodistas de distintos medios y ciudadanos ajenos a la protesta; propiciados por los propios manifestantes que reclamaban diálogo y falta de libertades. Parece paradójico, pero éste es uno de los núcleos que puede explicar lo intenso, lo contradictorio y hasta lo hipócrita de ciertos discursos que se expresan en cualquier sociedad.
Esta claro que se puede reclamar contra la corrupción, la inseguridad o la modificación injustificada de la constitución; pero sería concreto el reclamo si desde los manifestantes o los comunicadores afines al reclamo se escucharan opiniones fundadas de cómo realizar las modificaciones, cuándo, de qué manera y quién sería el responsable de esos cambios.

Punto por punto

La corrupción burocrática y política es detestable, porque juega y lastima a nuestros sentimientos ciudadanos, pero también porque siempre esta asociada al beneficio de unos pocos (los mismos políticos, jueces, policias, periodistas/lobbystas, el sector privado, etc.) en desmedro de la gran mayoría de la sociedad. Pero ¿qué grado de corrupción en igual o menor medida existe en cada uno de nosotros mismos?, ¿cuántos ciudadanos pagan coimas, evaden impuestos o directamente roban o estafan en su vida social, en el día a día con otros ciudadanos? ¿No es cotidiano que nos topemos con actos corruptos en todos los ámbitos de nuestra vida? Esta claro que si. Y tambien que aunque este naturalizado, igualmente no es lo correcto. Entonces ¿cómo reclamar algo que uno hace, que deja hacer al resto y deja que le hagan? Tal vez una solución sería crear organismos de control manejados por los propios ciudadanos, con lapsos rotativos -cada cierta cantidad de meses-, que analicen distintos sectores políticos y judiciales (licencias, aumentos de sueldo, declaraciones juradas, aumento del patrimonio, etc.).
La inseguridad es el otro gran tema. Los robos y arrebatos callejeros, como asi tambien a domicilios y/o locales y empresas privadas, sumados al aumento en las últimas décadas de la violencia y número de asesinatos en todo el territorio argentino (sobre todo en las grandes ciudades); han generado que la sociedad se sienta desprotegida e insegura. Aunque ésta inseguridad sea propagada, repetida y magnificada por los medios, está claro que los hechos facticamente existen. No hay duda de ello. Pero no está demás aclarar que la inseguridad es una sensación que siente el ser humano, fomentada por lo que vive, lo que ve, le cuentan, escucha o le informan. Y esta sensación puede mantenerse, crecer o desaparecer. Supongamos que a partir de mañana se diluye la información mediática que presupone inseguridad en la población y la noticia deja de ser los asesinatos o los robos, sino que empiezan a ser los accidentes viales seguidos de muertes, o peor aún, la muerte por desnutrición en los niños. ¿Cuál será la reacción de la población? ¿Cuáles serán sus miedos?
Imaginen la noticia y reflexionemos juntos: los últimos informes de Luchemos por la Vida indican que entre una y dos personas mueren por día en accidentes de tránsito. Otras tantas quedan con parálisis, lesiones graves o leves. De esto no se habla, o se menciona apenas en terribles accidentes en ruta o en los fines de semana largo. Pero las noticias pueden virar y ser mas desesperantes: según UNICEF, 25 niños menores de un año mueren por día en Argentina por causas totalmente evitables (desnutrición, falta de medicamentos y hospitales cercanos); y cerca de 200 niños -entre 8 y 12 años- se prostituyen para poder comer. De esto seguro que no se habla, ni se menciona. ¿Cuál es la función de los medios en la creación de ese imaginario y en la formación de la opinión pública? ¿Cuál sería la solución que imaginan para terminar con los delitos? ¿Cuál es el lugar de las fuerzas de seguridad y cuál el de la Justicia? ¿Y Cuál es el lugar de cada uno de los actores sociales y de los ciudadanos? ¿En donde queda el pensamiento crítico y la autosuficiencia de cada unos de nosotros?
Por otro lado no podemos hablar de falta de libertad de expresión o dictadura en nuestro país. Cualquier persona, agrupación, entidad o empresa periodística puede decir lo que quiere desde hace tiempo. No hay un órgano censor que coarte las libertades individuales o corporativas. No hay ejemplos reales de censura oficial. Es más, desde la sanción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en octubre de 2009 (que tendrá cierta definición cuando concluya el plazo para la adecuación y la desinversión de ciertos grupos, y el AFSCA a cargo de Martín Sabbatella haga cumplir la ley a todos por igual), lo que se busca es la ampliación de las voces, los canales de difusión y las oportunidades de expresión.
La Ley de Medios y el famoso 7D (como fecha tope para el cumplimiento de dicha ley), son un reflejo de cómo desarticular el dominio en pocas manos de la formación de la opinión pública; para barajar y dar de nuevo en materia mediática audiovisual, y que no haya pocos dueños de la palabra informativa, sino que las voces se amplíen y las opiniones generen un abanico real, amplio y profundo.Tal vez haya censura corporativa al interior de los medios de comunicación o autocensura de los propios comunicadores, pero la libertad de expresión se ejerce fuertemente en Argentina, hoy más que nunca. Y se refleja en que los sectores opositores al gobierno son los que tienen más peso mediático, más apoyo multimediático, y congruentemente son los sectores que no estan teniendo los beneficios que siempre tuvieron por parte de los diferentes gobiernos de turno.
En segunda instancia, y en concordancia con la plena libertad de expresión, en nuestro país la democracia esta vigente hace ya casi 30 años: las últimas elecciones presidenciales de 2011 tuvieron un 80% del electorado votando en las urnas, con resultados que mostraron con el 54% del total para Cristina Fernández de Kirchner, presidenta reelecta, y al segundo Hermes Binner con el 16%. Una diferencia del 38% y el voto de la gran mayoría. No hay mucho para discutir. No se puede hablar de dictadura, salvo que no se piense en una dictadura nefasta como la de 1976-1983 que deja más de 8 mil desaparecidos/muertos y una deuda externa exorbitante, pero si se hable de dictadura K cuando algunas politicas o leyes votadas en la Cámara de Diputados y Senadores no convienen a ciertos sectores. Es extraño la utilización de ciertas palabras con mucho valor simbólico, tiradas a la mesa como si no significaran nada o no interpelaran al resto de la población.
Si hablamos de reclamos concretos y que repercuten en los trabajadores y en la gran mayoría de la población, son la falta de credibilidad del Indec y que trabajadores asalariados paguen el impuesto a las ganancias. Realmente es un despropósito y no tiene explicación concreta si lo que se quiere lograr es el cambio social y la mejora de las mayorías. La falsedad en la confección de datos del organismo estatal creado para tales fines, repercute en los valores que se toman y los valores que se difunden; y por consiguiente en el acceso a la ayuda estatal a diferentes sectores. Y a su vez tiene relación con los montos mínimos que obligan al pago de impuestos. Que un trabajador que no cobra sueldos elevados ni mucho menos, deba pagar ganancias, genera malestar e indignación; y coloca al Estado en una situación en donde se crea sus propios problemas y enemigos.
Por último, cuando se reclama sobre la entrega de planes sociales que ayudan a las familias carenciadas, o sobre la Asignación Universal por Hijo (con la excusa y el discurso que se escucha y se replica, que “la gente tiene hijos para cobrar planes”), realmente genera indignación, asco y perdida total de respecto como ser humano. Y si estas mismas personas tambien reclaman por la imposibilidad de comprar dólares; suena un poco endeble, falsa e hipócrita esa queja. La reconstrucción de una sociedad desvastada por años de políticas neoliberales que vaciaron a un país en todos sus ámbitos, en algun momento y de cierto modo debe comenzar. La ayuda social es éso: el primer paso, el primer escalón para salir del pozo. Los ciudadanos que descreen de estos planes sociales, son los mismos que también detestan “la vagancia” del que no hace nada o no tiene nada que hacer. Si la primer mano es la ayuda social, la segunda podría ser la creación de empleos y la reinserción en el mundo laboral por parte del Estado. No hay duda de eso. Pero los ciudadanos que hoy se quejan por un subsidio de $300 o $600 con dinero de los impuestos, ¿no saltarían de la silla por distintos puestos laborales para esos mismos ciudadanos -en situación social inestable- en donde se les pague $ 4.000 o $ 6.000 con los mismo impuestos que pagamos todos? La hipocresía en estado puro, hecha carne en cada ciudadano que habla sin pensar en las consecuencias reales, la hipocresía del discurso para afuera, la del blablableo constante para generar queja, odio y rencor; pero sin ganas reales de construir una sociedad mas justa y con iguales posibilidades para todos.

Párrafos finales
 
Obviamente el gobierno Kirchnerista no es un cambio total y radical en la historia argentina. Vale recordar que es un gobierno de impronta justicialista y no socialista ni comunista. El paradigma político es peronista y no de izquierda como tanto se menciona. El “zurdaje” que se auguró -y que se asocia con ciertas acciones sociales-, suena raro en boca de ciertas personas cuando transitamos estos años.
Según un informe de la UCA, a mayo de 2012, más de 8 millones de personas estan en situación de pobreza, entendiendo por esto que un grupo familiar de 2 adultos y 2 menores no pueden acceder a la canasta básica de $ 74 diarios; y otros 2 millones de habitantes por no poder acceder a una canasta básica de $ 36 para el mismo grupo familiar, pertenecen al sector de indigencia. Entonces llegamos al dato duro que indica que 10 millones de personas estan por debajo de la linea de pobreza en nuestro país. Eso es algo para reclamar, para salir a las calles, para intentar cambiar. Todavía queda mucho por mejorar, los cambios deben ser más profundos y tienen que modificar la realidad de la sociedad toda en su conjunto. Los cambios sociales no serán completos, hasta que estas cifras no se reduzcan a cero o a la mínima expresión universal.
Pero cabria destacar que hace muchas décadas que no existian cambios tan intensos en nuestra sociedad, con politicas de igualdad y acceso a más oportunidades (planes sociales, asignacion universal, etc.), no solo para los sectores de bajos recursos, sino para la clase media argentina, que según el Banco Mundial, en el período 2003 – 2009duplicó su número. En la previa de la crisis de 2001, de 36 millones de habitantes, sólo 9 millones formaban parte de la clase media, o sea el 25%. Según el informe este sector social en 2009 llega a los 18 millones de habitantes (45%) de los 40 millones de población total según el censo 2010. Entonces, sin ponernos en un bando o en otro, reclamemos -porque siempre hay situaciones para mejorar- y festejemos los cambios que nos sorprenden por el lugar desde donde parten y quién lo lleva a cabo. Pero siempre con los pies en la tierra, sin exitismos, ni ceguera ni violencia. Pensando en una sociedad mejor y buscándola en el horizonte.
Si la agenda que marcan los medios elige contar los robos y asesinatos en lugar de remarcar otras noticias (el hambre, la desnutrición infantil, la muerte, la indigencia, la falta de oportunidades, etc.), en primera instancia nos tenemos que preguntar el por qué; pero en lo que conscierne a la sociedad toda, nos tendríamos que hacer cargo de porqué miramos realmente para otro lado. La inseguridad es tan importante como la hambruna seguida de muerte de los sectores bajos de la sociedad, pero cuando la muerte toca a los pobres parecería no importarle a una porción importante de la sociedad argentina. Lo que importa está en televisión, y lo que ella cuenta lo deciden ciertas personas. La agenda se marca y se decide en sillones dentro de despachos. Eso es bueno saberlo. No todo lo que ocurre es noticia. Repito que las muertes de niños se repiten de a decenas todos los días. ¿Eso se replica en los medios masivos de comunicación?
El cacerolazo en su version 3.0 en este año 2012 no fue para terminar con la desnutrición infantil, para la implementación de salud y educación de calidad para toda la población, para vivienda digna y trabajo en blanco para todas las familias con necesidades, o por la igualdad de oportunidades para cada uno de los habitantes de este suelo. El reclamo de los últimos meses apuntó a otros intereses, distintos y no fundamentales para la creación de una sociedad más justa e igualitaria, pensando siempre en las próximas generaciones y en cada uno de los habitantes de éste país. El nuestro y el de todos. Con sus diferencias y sus coincidencias.

La función de Jorge Lanata en el periodismo argentino de hoy


 Aunque parezca una vuelta del destino y una situación paradojal mediática, JorgeLanata, uno de los periodistas mas respetados en las tres últimas décadas en Argentina (podríamos partir desde la fundación de los diarios Página/12 y Crítica, pasando por Dia D en la pantalla de América en épocas menemista y Delarruistas, y mencionando la publicación de los libros Argentinos I y II), hoy en día es uno de los voceros del grupo multimediático Clarín -llevando la agénda que propone el medio y no la propia- y también es referente y portavoz de los cacerolazos de éste 2012. 
Todo periodista con su trayectoria y respeto podría ser independiente (de la política, de los medios, de la pauta publicitaria, de su propio público), pero en el caso de Lanata esto no ocurre. Cuando sus laderos en los '80 y '90 eran Martin Montenegro, Reynaldo Sietecase, Marcelo Zlotowiazda, Ernesto Tenembaum, Horacio Verbitsky, Adolfo Castello -y la lista podría continuar con nombres importantes- las investigaciones periodisticas motivaban a los estudiantes de comunicación y colegas. Se quitaba el velo de la corrupción argentina y se lo presentaba con lógica y seriedad. Se hablaba del hambre y de la falta de trabajo en la clase trabajadora, de la desintegración de la clase media, sobre vaciamiento institucional e industrial, y se golpeaba a las empresas oligo y monopólicas de nuestro país con pruebas contundentes.
Después de esos años, y recayendo en nuestra rabiosa actualidad Kirchnerista, el panorama de sus segmentos, funciones y programas dentro del Grupo es totalmente otro. Tanto en Radio Mitre, Canal 13 y en el diario Clarín las investigaciones siguen apareciendo -a veces interesantes y otras tantas que sólo buscan el golpe de efecto-, pero sus participaciones estan llenas de egocentrismo, chiquitaje periodístico, discurso vacío en lo político, y bastante violencia simbólica y verbal (solo reparar en la frase “seis, siete, rocho” sobre el programa de la Televisión Pública, el “Fuck you” de la apertura de PPT que se repitió con insistencia en los cacerolazos violentos contra periodistas de este año, y su ninguneo constante al resto de periodistas de otros medios -afines o no al kirchnerismo- los muestran de cuerpo entero).
Su labor en el periodismo de hoy es idéntica a la de cualquier conductor de noticias del mismo grupo mediático (por ejemplo TN, ocho y media de la mañana de un domingo): simplemente presentar las 5 o 6 noticias de la agenda que propone Clarín como corporación. Pero lo que lo diferencia -y aquí viene lo peor- es que él es el que pone la cara, su nombre y su trayectoria. Y si a esto se le suma que es el periodista estrella de ciertos sectores de la sociedad retrógrados, conservadores y estancos; nos lleva directamente a una suerte de sinergía que alimenta a los 2 lados. Periodismo Para Todos trata las noticias semanales que los fanáticos reclaman y el multimedio propone, y los televidentes encuentran en Lanata las noticias que esperan y desean escuchar (asi desfilaron por estos meses de emisión “Los twiteros truchos K”, la investigación sobre Milagros Sala, “El voto K de los jovenes de 16 para perpetrarse en el poder”, su viaje a Caracas para cubrir y demonizar las elecciones de Hugo Chavez, la acusación sobre Luis D'Elía y muchas más). Investigaciones vacías, inofensivas, hasta vergonzosas; que sólo buscan fomentar ésa retroalimentación entre emisores y receptores anti K, y que necesitan el golpe de efecto, el rating o que se hable toda la semana en los distintos medios del Grupo; pero que no cambian los temas de fondo, no proponen ni tampoco abren realmente los ojos de los televidentes en su conjunto.
Es triste, pero Jorge Lanata perdió el respeto de muchos de los ciudadanos que lo seguían en los '80 y '90, pero también perdió el respeto de sus propios colegas (la pseudo tribuna del “Queremos preguntar” es una muestra de eso ). Hoy comparte espacio con comunicadores detestables por su pasado y por su presente, y a su vez se enfrenta y denosta a muchos que supieron estar a su lado en otras épocas, pero hoy deciden contar las noticias y opinar desde un lugar diferente, y no bajo su ala.
Lanata nunca habla de los Medios como corporaciones o empresas (sólo de ciertos periodistas), tampoco de los partidos opositores al oficialismo K, y menos del gobierno porteño Macrista. No se lo escucha opinar sobre la Ley de Medios ni sobre temas que involucren a empresas privadas. En las décadas pasadas si lo hacía. Él piensa que nunca cambio, que las críticas vienen de los otros, que si cambiaron, de los que hoy estan ciegos. Verdaderamente Lanata dejó de ser una pieza clave del periodismo argentino, para ser un peón más; un vocero de otros intereses que salta al vacío sin red, con las consecuencias que éso depara.