martes, 15 de marzo de 2011

Sin grises no vamos a ningún lado


Creer que estar con unos o apoyar a otros, nos va a llevar a un sitio seguro, es sencillamente inútil; mas aun, si mediante la violencia (física o verbal) intentamos imponer nuestro pensamiento. Esa actitud, con lo ocurrido en las últimas décadas en nuestro país, puede llegar a sonar un poco cavernícola, de pensamiento ya fosilizado, de que realmente no entendimos nada. Si la única victoria en esta batalla es ser totalmente blanco o negro, y aceptar todas las miserias y los sapos, en pos de ese encuadramiento; creo que la construcción de un mundo un poco mejor esta todavía fuera de nuestro alcance. Y la edificación de la Argentina, ya con 200 años de historia, sigue tropezando con la misma piedra (político-económico-social) para caer cada cierta cantidad de años en ese pozo oscuro y pantanoso que no nos deja crecer como Nación ni como Patria, pero por sobre todas las cosas, como Sociedad totalmente amalgamada.
     Los intereses netamente monetarios, ya sean nacionales como internacionales; más las ansias de poder hegemónico y monopólico de los distintos actores de la esfera política-empresarial-sindical, hacen que los habitantes del suelo argentino estén cada vez mas dispersos y quebrados como grupo social (en donde florecen la xenofobia, la homofobia y la diferencia de género). Y la gran mayoría de la población, los habitantes que pertenecen a las clases media-baja y baja (sin dejar de lados a indigentes o personas fuera del sistema laboral), son los realmente perjudicados con estas políticas de corte neoliberal que comenzaron en la década de los noventa en América Latina, y que 20 años después y con lavada de cara incluida, hacen que sigamos discutiendo por el hambre, la falta de trabajo y la mortalidad infantil en una Argentina que le vende alimentos al mundo, pero mata de hambruna  a sus habitantes.
Los extremos, es sabido ya a esta altura de los acontecimientos, nunca condujeron a niveles eficientes, éticos ni confortables para ninguna sociedad o cultura. Entonces una de las posibilidades en el abanico de oportunidades, es saber apreciar y discriminar lo bueno y lo malo, lo correcto y lo que no lo es, lo que beneficia a la gran mayoría o lo que hace felices a unos pocos. Este emprendimiento no será nada fácil, porque hoy en día, las voces mediáticas que trabajan a favor de distintos intereses,  impactan de manera grosera en los pensamientos y las ideas de cada uno de nosotros; hasta formar realidades paralelas, crear fanatismos y extremos rabiosos, o lo más importante: edificar nuevas ideologías en donde antes ni se pensaba en ellas. Esto es extraño, raro de comprender, y hasta nos puede sorprender; pero lo más rescatable de este estado de situación es que, por fin, estamos hablando, debatiendo y compartiendo ideas o posturas sobre la política, la economía y las acciones sociales de nuestros gobiernos. Y esta discusión es masiva y se expande en todo el territorio nacional.
     Desde que la disputa entre el Kirchnerismo y las Empresas de Medios se puso en marcha a partir de la intención de promulgar una nueva Ley de Medios Audiovisuales en 2009 (¿o fue un año antes, en 2008, con el Levantamiento del Campo ante las Retenciones?), los diferentes actores -ya sean políticos o empresarios, y también ciertos híbridos que intentan disfrazarse de uno, pero son lo otro- usufructúan a los voceros de cada bando para que distribuyan y hagan circular el modo de pensar y la información que se tiene que tener (creando una fabulosa agenda que no deja de mutar en todo momento), en donde los mas perjudicados y favorecidos en un mismo instante paradójico, somos los espectadores de este carnaval. Perjudicados porque somos la carnada y el anzuelo, somos la carne de cañón en esta guerra desenfrenada. Pero también favorecidos, porque la disputa hizo que cada soldado se muestre tal cual es, con miserias incluidas, y sin poder resistir ningún tipo de archivo, quedando así en evidencia en los diferentes shows político-mediático que aparecen a toda hora y en cualquier canal televisivo, a merced nuestra y de todos.
     Y no olvidemos algo muy importante: esta disputa es por Poder y por Dinero. No creamos en la ilusión de contar la realidad o intentar imponer un modelo diferente. La realidad es una sola, y nunca es la que los diferentes medios nos cuentan, sino que eso que nos relatan no es otra cosa que lo que ellos opinan sobre la realidad, y lo que los grupos empresariales (por diferentes intereses) quieren que nosotros creamos. Y para imponer un modelo realmente diferente, a lo primero que debemos apuntar es al hambre, a la falta de trabajo y vivienda, y a mejorar la educación y la salud. Y la fuerza y la celeridad deben estar puestas en esos cinco ítems. 

Los diferentes participantes mediáticos

     Un punto importante en la actualidad es el papel, como ya mencionamos, que están cumpliendo los Medios de Comunicación Masiva; y más específicamente las voces que se levantan como punta de lanza en esta disputa de Unos contra Otros. Podríamos nombrar sólo algunos que sirvan como ejemplo: los programas de televisión 6-7-8, TVR y Duro de Domar (el tridente del productor Diego Gvirtz, ligado al Kirchnerismo en los últimos años), o el mismo Bajada de Línea de Víctor Hugo Morales (aunque este es el único programa político que no sigue las agendas impuestas, y que por el contrario, impone temas relevantes para la sociedad); los diarios Tiempo Argentino y el mítico Pagina 12; y el programa radial La Mañana también de Morales.  Todos ellos podrían estar en una vereda imaginaria ligada al Oficialismo.
     Por otro lado, desde la Oposición Mediática, obviamente todo el conglomerado Clarín (con su diario, su canal TN o el Canal 13-Artear de la TV abierta y sus emisiones radiales en Radio Mitre), con voces reconocidas e importantes que en esta lucha mediática comenzaron a perder valor y legitimidad por su repetición a destajo y sin conclusiones propias (es demasiado raro y poco ético que todos opinen de la misma manera y utilicen los mismos modismos y/o frases, en un ámbito en el que la propia opinión es un valor importante). En la misma dirección los diarios La Nación y Perfil; Magdalena Ruiz Guiñazú y Fernando Bravo con Alfredo Leuco desde la primera mañana y la tarde en Radio Continental respectivamente; como así también la emisora Radio 10, en sus diferentes voces y horarios.
           Todos ellos cansan. Tanto Unos como Otros no dejan de repetirse, intentado mostrar de qué lado están, pero perdiendo claridad, confianza, pensamiento crítico y la pizca de objetividad necesaria en el periodismo. Y no olvidemos que a los que no se cuadran a su lado, los tildan de Derechas o Izquierdas, de Oficialistas u Opositores, o peor aún: de blandos.

Nuestros políticos

     Otro apartado les corresponde a los políticos en líneas generales. Ya sean Oficialistas u Opositores, el papel representado en nuestra coyuntura nacional, nos aleja o nos acerca con respecto a sus referentes.
     Comenzando por el gobierno del Frente para la Victoria -que este año estará cumpliendo 8 años de gobierno-, hay buenas y malas para destacar. Sin duda los acontecimientos mas negativos y/o discutidos de los gobiernos Kirchneristas y que opacan su gestión, son: la intervención del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) en 2007; el intento de implementación de un nuevo sistema de Retenciones Móviles a las exportaciones de soja, girasol, maíz y trigo en 2008; la utilización del Futbol para Todos en 2009 como un reducto de mera Propaganda Política de la gestión oficialista; su contacto más que cercano con Hugo Moyano y la CGT (no hay que olvidar que todos los gobiernos que se tildan de peronistas utilizaron a los gremios y a los llamados “gordos sindicales” en su favor); y otros casos de menor envergadura. Pero también tenemos que reconocer méritos que hicieron diferente a esta pareja presidencial, por sobre el resto de los gobiernos democráticos de la historia argentina (ni hablar de los gobiernos militares de facto). Nombremos algunos puntos positivos, como: la promulgación de la Ley de Matrimonio Igualitario, y el proyecto de poner en discusión en la opinión pública la Ley de Adopción en 2010; la Asignación Universal por Hijo, y la Ley de Medios Audiovisuales,  ambos en 2009; la compra de Aerolíneas Argentinas y Austral por parte del Estado, y por otro lado el punto final a las AFJP en el 2008; la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2007, el alineamiento con los países del Mercosur (creando un conglomerado frente al ALCA) en todo este período; como así también las políticas en Derechos humanos y la anulación de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida impulsada desde los primeros años en el gobierno de Néstor Kirchner; las políticas desarrollistas y del cuidado de la industria nacional, y otros puntos de menor relevancia.
     Asi mismo nos preguntamos ¿Cuál es el rol de la Oposición política en este tapete? Porque es innegable que el rejunte que hoy, año 2011, se hace llamar Oposición, inspira mas terror e incertidumbre que ánimos de cambio. Y más que nunca, el refrán “No nos une el amor, sino el espanto”, le calza perfecto a una gran porción de habitantes de la Argentina en la decisión pre eleccionaria, que pueden estar de acuerdo en muchas medidas que se tomaron en los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, o en desacuerdo en otras tantas; pero finalmente eligen el Frente para la Victoria como única opción potable, porque del otro lado esta el abismo. Y esta acción es mérito mas de la oposición que de los propios kirchneristas, porque al mirar los diferentes partidos o pseudopartidos opositores (esos que sólo se arman para una elección), o los representantes y cabezas de cartel que no ofrecen ninguna alternativa clara, ideas de campaña, ni simplemente aires de renovación;  queda claro que la Oposición Política no es tomada ni siquiera como el mal menor, sino que por el contrario, son resabios de los grandes males de las últimas décadas de la Argentina. Y este pase de factura, por parte de la población, puede quedar plasmado en las próximas elecciones presidenciales en Octubre de 2011.

¿Y el resto?

     A los votantes con algo de experiencia y memoria, solo nos queda recordar qué hizo o dijo cada uno de ellos, en momentos históricos previos de esta Argentina que en los últimos cuarenta años sufrió golpes militares, grupos paramilitares asesinos salientes de partidos políticos, hiperinflación, levantamientos carapintadas, venta indiscriminada de todo el patrimonio nacional en manos extranjeras, endeudamiento excesivo, muertes por represión ante protestas callejeras, miles de muertes infantiles por desnutrición, confiscación de ahorros, perdida del poder adquisitivo de los que menos tienen, promesas fallidas y devaluación, remarcación de precios, inflación no informada fehacientemente por el Estado, favoritismos a empresarios amigos del poder, etc. El etc. le pondría un punto final, pero los hechos que fueron destruyendo poco a poco al pueblo argentino no tienen límite, y no cabrían en las miles de páginas que podríamos escribir.
     Entonces, debemos abrir los ojos y no nos tenemos que dejar engañar por el circo mediático. Seamos memoriosos y exigentes con nuestros dirigentes. Y de una vez por todas comprometámonos con las ideologías, los debates y el intercambio de opiniones; sin por eso ofender o discriminar al que piensa diferente. No defendamos al blanco o al negro, simplemente por blancos o negros. Seguramente en los grises encontremos el rumbo que nos hará mejorar como sociedad, y ahí sí, avanzaremos a paso firme.