Afirmar que las Ciencias Sociales y la Utopía tienen una ligazón importante, no creo que haga saltar a nadie de la silla; pero resaltar que la segunda es motor de la primera nos da cuenta de la importancia de los sueños y la esperanza, en lo referido a los cambios fundantes en la sociedad venidera. O por lo menos la sociedad que esperamos cambiar, una porción no menor de la humanidad.
Y las utopías aquí nos toman por asalto, nos envuelven y nos guían en nuestro camino, en nuestro recorrido del presente con miras al futuro. Sin la utopía no funcionaríamos. Tal vez, lo mejor sería darle sentido a ésa palabra, resignificarla. Con definiciones y metáforas, comenzar a entenderla según nuestro bagaje, nuestros conocimientos previos; y poder así comprender el mensaje interior del significado de Utopía.
Podemos nombrar a la Real Academia Española, y su definición de utopía[1]: plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece como irrealizable en el momento de su formulación. ¿No parece del todo optimista, verdad? Es más, no nos da la impresión de una definición que demuestre algo de esperanza. No desesperemos, vayamos por otra.
El escritor francés, Anatole France, nos marca el camino, al indicar que “La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor”[2]. Vemos como se remarca lo maravilloso de emprender un recorrido con una meta, con un sueño. Y es una guía de lo que vendrá, que es un mañana esperanzadamente mejor.

Varios Ejemplos
Entonces caemos en la cuenta de ejemplificar la utopía. Encontrarla en la práctica. O por lo menos divisar discursos que implícita o explícitamente levantan la bandera del cambio social, de la transformación utópica de la sociedad. Algunos de estos discursos sociales, ciertamente actuales, que poseen carácter utópico, pueden ser:


Separación de la Basura en Capital Federal: desde el año 2006, y con cierto tinte ecologista, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires –con Mauricio Macri como gobernador porteño- promueve el plan “Basura Cero”, que se reglamentó como Ley 1.854 en mayo de 2007; y se orienta a la reducción progresiva de los rellenos sanitarios.




Mi utopía
Una de las grandes utopías sociales, es que todo habitante de este planeta se asegure la comida, la vivienda, la salud, la educación y el trabajo (no exactamente debe ser en ese orden). Esos cinco puntos, son la base de la igualdad de oportunidades en esta modalidad capitalista que vivimos, pero creo que lo sería en cualquier otra también.

Y una de las cosas importantes a tener en cuenta, es que estas cinco variables se complementan, haciendo que unas y otras se fortalezcan, y permitiendo que la rueda imaginaria del consumo capitalista funcione a la perfección. La construcción de viviendas, con sus hospitales, escuelas y edificios públicos a lo largo de todo el Territorio Nacional; además de un techo para cada familia y/o habitante, generará empleos en abundancia (desde la construcción y planificación hasta las nuevas oportunidades laborales en establecimientos públicos administrativos, educativos y de salud). Por supuesto que todo esto hará que el consumo sea mucho más alto en todos los niveles. Y el punto que faltaba, la alimentación, estará cubierto en este sentido. La lógica indica que a mayor poder adquisitivo, el gasto y el consumo son mayores. Eso sí, tanto el Estado (con las diferentes administraciones que gobiernen en cada período), como así también los empresarios privados y la sociedad toda, deberán empujar y hacer bastante fuerza para que el movimiento de aquella rueda no se detenga, hasta alcanzar el objetivo planteado. 

Entonces, si pensamos a la utopía como movilizador de los agentes de cambio de nuestra sociedad, no estaría mal afirmar que lo importante de la utopía, es ella misma. Ser utópico nos diferencia del resto, de los que no sueñan, o ni siquiera lo intentan. Nos hace ser amantes de la trama más allá del final de la historia; de disfrutar del camino -y hacer el intento de andarlo-, y no simplemente llegar a la meta. Y no nos estamos olvidando de los fines, que son valiosos; pero lo resaltable es la utopía como movilizadora, como el corazón que late en la esperanza y en el anhelo de lograr los sueños que beneficien a la mayoría.
Y lo planteado anteriormente, sobre los 5 puntos (comida, vivienda, salud, educación y trabajo asegurado para todos) que cambiarían totalmente la sociedad actual y modificaría de cuajo las relaciones de dominación -hasta aquí- perpetuas; es una de las tantas utopías, y es también la mía. Parece fácil, pero también parece utópico. No esta demás soñar e intentar ése futuro.
[6] Mas información en el sitio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires http://www.buenosaires.gov.ar/areas/med_ambiente/basura_cero/
[8] Artículos relacionados con Libertad de expresión http://legislaciones.item.org.uy/index?q=node/323
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